jueves, 24 de marzo de 2016

TRAICION A LA TIERRA

         La Tierra es víctima de la injusticia humana. El gran dictador solo piensa en sí mismo, queriendo sacar ganancias ilimitadas de todo aquello que se mueva, respire o simplemente exista. Primero fueron los traficantes de pieles y marfil, depredadores amateurs de la  naturaleza. Luego las naciones usurpadoras de nuevos mundos y verdugos de la vida de pueblos ya extinguidos. Hoy son las grandes compañías alimentadas de petróleo, madera y peces y de toda sustancia que puedan arrancar de las entrañas del planeta.      Sólo al ser humano le fue dado el don de pensar y decir. Las demás criaturas quedaron indefensas, sin poder protestar, sin argumentos. Pero era precisamente ese don, la racionalidad, el fundamento a  tan desigual distribución de facultades. El hombre debía ser racional, con lo que se dejaba sobradamente custodiada la Gran Obra. A nosotros se nos dejaba a cargo, con autoridad sobre las demás criaturas, a las que debíamos amar y respetar, en virtud de nuestra conciencia, racionalidad y conocimiento del bien y el mal. Pero nos equivocamos de camino y como dioses quisimos crear nuestro propio universo, desechando y menospreciando lo que fue creado por otro Dios, del cual nos desentendimos o nos creímos  iguales.


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