AL
ATUN LE QUEDA POCO
Después de más de 3.000 años de
explotación, el atún rojo del Atlántico oriental y Mediterráneo está al borde
de su extinción comercial a causa del comercio internacional y un exceso de
capturas, en una buena parte ilegales. Según los científicos, su población de
reproductores ha descendido en más de un 85%.
En poco más de una década, el desarrollo descontrolado de la industria de pesca al cerco y engorde de atún en el Mediterráneo ha llevado a esta especie al borde del colapso. La pesquería se agota sin que, de momento, la Unión Europea y resto de países implicados hayan actuado para salvarlo.
Hasta la fecha los gobiernos han ignorado las denuncias de pescadores artesanales, científicos, cocineros, comercializadores de pescado, cadenas distribución, numerosas ONG – con WWF a la cabeza - y decenas de miles de ciudadanos.
El desastre en la gestión y control de la pesquería del atún rojo es el ejemplo más ilustrativo de la crisis pesquera global, lo que se ha venido a denominar: “la locura de la pesca”, mostrando una de las tasas de pesca ilegal más elevadas del mundo. Un desastre de índole ambiental, económica y social, en el que no sólo hay implicados buques con banderas de conveniencia o “buques pirata” provenientes de lejanos países. De hecho, los principales responsables son países comunitarios, junto a otros estados ribereños del Mediterráneo, incapaces hasta ahora de controlar unas flotas que pescan ilegalmente para satisfacer la demanda de este producto en el mercado internacional, principalmente, en Japón.
En poco más de una década, el desarrollo descontrolado de la industria de pesca al cerco y engorde de atún en el Mediterráneo ha llevado a esta especie al borde del colapso. La pesquería se agota sin que, de momento, la Unión Europea y resto de países implicados hayan actuado para salvarlo.
Hasta la fecha los gobiernos han ignorado las denuncias de pescadores artesanales, científicos, cocineros, comercializadores de pescado, cadenas distribución, numerosas ONG – con WWF a la cabeza - y decenas de miles de ciudadanos.
El desastre en la gestión y control de la pesquería del atún rojo es el ejemplo más ilustrativo de la crisis pesquera global, lo que se ha venido a denominar: “la locura de la pesca”, mostrando una de las tasas de pesca ilegal más elevadas del mundo. Un desastre de índole ambiental, económica y social, en el que no sólo hay implicados buques con banderas de conveniencia o “buques pirata” provenientes de lejanos países. De hecho, los principales responsables son países comunitarios, junto a otros estados ribereños del Mediterráneo, incapaces hasta ahora de controlar unas flotas que pescan ilegalmente para satisfacer la demanda de este producto en el mercado internacional, principalmente, en Japón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario