viernes, 18 de marzo de 2016




Necesitamos producir los alimentos de origen animal  garantizando que su bienestar no se vea comprometido más allá de un nivel éticamente aceptable.

 Para ello debemos considerar que el animal mantenga un estado de armonía con su ambiente, tomando en cuenta su alojamiento, el trato que le damos, su nutrición, la prevención de enfermedades, el cuidado responsable, un transporte con mínimo de estrés, un faenamiento con fines de consumo que minimice el sufrimiento y la eutanasia humanitaria cuando corresponda.


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